domingo, 30 de enero de 2011

Flynn se lee como Flint

Estimados tripulantes:
No cabe duda de que los piratas cinematográficos más románticos han venido de las adaptaciones de las novelas de Sabatini que a los niños de mediados de los 70 tanto nos ayudaron a través de la tele en blanco y negro a forjar nuestro  imaginario sentimental.
Es la historia de ese médico de Bristol llamado Blood que, muy a pesar suyo se convierte en un pirata, la carta de presentación de un joven actor australiano que la prensa   convertiría en el heredero del otro héroe del cine de aventuras de capa y espada (swordbuclker), Douglas Fairbanks, el pirata silente de los primeros años de la fábrica de sueños.
Errol- aún sin el bigote que, como a Clark Gable,  le otorgaría gran parte de su look en la pantalla- exhibe en este filme todo el repertorio de gestos y miradas que modelarían el arquetipo interpretativo de sus siguientes filmes de acción y aventuras.